Y no es la primera vez que hago referencia a esto en ojocientífico, puesto que la expansión urbana y la ausencia de legislación reguladora que contemple los potenciales yacimientos arqueológicos y paleontológicos están contribuyendo a que muchos posibles lugares contenedores de restos fósiles y materiales desaparezcan.
A este lamentable hecho hizo referencia el renombrado arqueólogo José María Bermúdez de Castro, director del Centro Nacional para la Investigación de la Evolución Humana (CENIEM) en una conferencia dictada en La Vila. Este reputado profesional es el director del Proyecto Atapuerca y se encarga de dirigir las excavaciones en el famoso sitio arqueológico.
Bermúdez calificó como “una barbaridad” la desmedida urbanización que está teniendo lugar en el Levante español. Ocurre que las costas mediterráneas presentaron en la antigüedad unas condiciones climáticas ideales para la existencia de homínidos que pueden encontrarse en ese lugar, esperanza que se está viendo difuminada al registrarse tanta expansión ciudadana, la cual destruye los yacimientos.
Es lógico, a los ayuntamientos les resulta mucho menos redituable dedicarse a frenar la expansión o a ordenarla que dejarla a su libre albedrío. Lo que las autoridades no logran comprender es el daño irreparable que esto provoca a los restos arqueológicos; un daño que se lleva los fósiles para no traerlos de vuelta.