Descubre la Magia de Barcelona con Nuestra Guía de Viaje
Barcelona, con su clima cálido que acaricia el alma, se presenta como una ciudad abierta al aire libre. Sin embargo, no subestimes sus encantos interiores. Descubre museos de renombre mundial que albergan leyendas artísticas y talentos emergentes, mercados llenos de productos locales y miradores panorámicos para admirar la icónica arquitectura. Si buscas sol, aquí lo encontrarás, pero la playa es solo una de las opciones. Desde un laberinto secreto hasta un parque de atracciones en la cima de una colina, la lista de cosas que hacer en Barcelona es tan variada como divertida. La arquitectura llena de color de Antoni Gaudí garantiza que aquí no hay lugar para el aburrimiento.
Considera esto como tu guía esencial: la lista definitiva de qué hacer en Barcelona para el viajero que quiere aprovechar al máximo su tiempo. Desde arte, parques icónicos y espacios de artes escénicas hasta mucho más. Abarcando tanto los lugares más populares como las joyas ocultas, estos son los mejores planes en Barcelona: los lugares imperdibles de esta vibrante ciudad catalana.
El Mural «El Mundo Comienza con Cada Beso»
Ubicado cerca de la Catedral de Barcelona, encontramos el mural «El Mundo Comienza con Cada Beso», cuyo nombre evoca romanticismo y pasión. Originalmente, se pensó como una exposición temporal, inaugurada en 2014 para conmemorar el 300º aniversario del 11 de septiembre de 1714. Esta fecha, conocida como el Día de Cataluña o La Diada, rinde homenaje a las vidas catalanas perdidas, a la identidad regional y a la libertad durante la Guerra de Sucesión Española. El mural está compuesto por 4,000 azulejos que contienen fotos organizadas en mosaicos por color y densidad. Desde la distancia, este mural de 26 pies de altura revela la imagen de dos personas besándose. Este beso, un símbolo de afecto, empatía y libertad, conmovió tanto a los corazones que el gobierno local decidió mantenerlo en pie. Para aquellos que buscan rincones llenos de historia y significado en Barcelona, este mural es una parada obligada.
Parque Güell
Adéntrate en el Parque Güell, un paisaje que parece sacado de un cuento de hadas. Es el hogar del famoso lagarto de mosaico de Barcelona, esa imagen que has visto en mil postales, acompañado de torres espirales que parecen toboganes de feria. Esta majestuosa joya verde nació de la colaboración entre el empresario Eusebi Güell (de ahí el nombre del parque) y el inigualable Antoni Gaudí.
Si estás pensando en visitarlo, recuerda reservar con anticipación en línea y llegar puntualmente a tu horario asignado; no hay margen de flexibilidad en cuanto al tiempo. Como complemento a tu visita, no te pierdas la Casa Museu Gaudí, el edificio de agujas rosadas dentro del parque. Aunque no está incluido en la entrada (coste adicional de €5.50 por persona), vale la pena saber que Gaudí vivió allí durante 19 años, convirtiéndola en la visita guiada más auténtica a la casa de un genio.
Santa Maria del Mar
Pregúntale a cualquier barcelonés sobre su templo predilecto y te aseguramos que Santa Maria del Mar estará en lo más alto de su lista. (¡Aunque La Sagrada Família no se queda atrás!) Si has devorado las páginas de «La Catedral del Mar» de Ildefonso Falcones, ya tienes un vistazo a la rica historia de esta emblemática iglesia gótica, donde el protagonista deja su huella como uno de los canteros.
Sin embargo, los capítulos más intrigantes de Santa Maria del Mar son hechos reales y no parte de una trama literaria: en 1428, sus cimientos temblaron bajo un intenso terremoto. Y en julio de 1936, las llamas la envolvieron, dejándola arder durante 11 días ininterrumpidos. Hoy, al visitarla, las huellas de ese fuego aún susurran historias en el techo. Con sus majestuosas columnas, elevadas a 43 pies de distancia, y la luz que se filtra a través de los vitrales, te sentirás envuelto en un abrazo celestial.
Parc del Laberint d'Horta
Barcelona, conocida por sus majestuosas edificaciones, también alberga jardines dignos de ser llamados obras maestras. El Parc del Laberint d'Horta es un magnífico testimonio de ello. Esta joya verde, el parque más antiguo de la ciudad, es un reflejo de la precisión y el arte: templos imponentes, estanques reflejando lirios, esculturas que evocan mitos antiguos y, por supuesto, su laberinto de cipreses, donde se puede sentir la pasión y el cuidado del jardinero en cada giro.
El laberinto es, sin duda, el protagonista. No solo es un desafío entretejido con exuberante follaje, sino que también narra el mito griego de Teseo venciendo al Minotauro para conquistar el corazón de Ariadna. Al llegar al corazón de este enigma verde, no enfrentarás a ningún monstruo, pero sí serás recompensado con el amor: una estatua del travieso Cupido te espera. Y si piensas que todo esto suena muy romántico, ¡espera a enfrentarte al laberinto! Es mucho más desafiante de lo que parece.
Tibidabo
Desde el centro de la ciudad, un perfil se alza imponente en el horizonte: es el Tibidabo. No es solo una montaña o un parque de atracciones, es un emblema de Barcelona. Dominando su cima, el Temple Expiatori del Sagrat Cor (o Iglesia del Sagrado Corazón para los que prefieren la simplicidad) te invita a explorarlo. Y sí, esa impresionante estatua de bronce de Jesús que corona el templo te espera: un ascensor te llevará hasta ella, brindándote una vista panorámica que te robará el aliento.
Pero el encanto del lugar no termina ahí. Justo al lado, un parque de atracciones de estilo retro te invita a subirte a sus atracciones, como la noria de vivos colores diseñada tanto para las vistas panorámicas como para los gritos de emoción. Mientras los adultos quedan embelesados con el paisaje, los niños disfrutan cada vuelta y revuelta.
Y para culminar tu aventura, nada mejor que un refrescante gin tonic en la terraza de Mirablau Bar, cerca de la parada del tram azul. Busca un asiento en el borde; esas vistas son incomparables.
Gran Teatre del Liceu
Camina por La Rambla y te encontrarás con el imponente Gran Teatre del Liceu, una joya operística que es tan grandiosa y hermosa como esperarías. Adornada con arte y con una ubicación envidiable, este lugar cuenta historias más allá de las que se representan en su escenario.
Puede sorprenderte descubrir que, aunque el vestíbulo remonta a la construcción original de 1847, el majestuoso salón principal, con su impresionante techo abovedado, sillas de terciopelo rojo y molduras doradas que evocan el Palacio de Versalles, ¡es de 1999! Un devastador incendio en 1994 obligó a una reconstrucción que, sinceramente, es digna de aplausos. Sin embargo, ni por un segundo te darías cuenta del contraste entre antiguo y moderno.
La excelencia acústica te envolverá, mientras las perfectas líneas de visión te sumergen en cada representación. Y si te preocupan los idiomas, un pequeño monitor en tu asiento te proveerá de subtítulos. Además, hay espacio de sobra para las piernas, así que siéntate cómodamente y déjate llevar por el arte.
Mirador Torre Glòries
¿Has visto alguna vez ese deslumbrante rascacielos que adorna el paisaje barcelonés? Estamos hablando del Torre Glòries. Muchos dicen que parece un pepinillo, pero el arquitecto Jean Nouvel tenía en mente un géiser. Es uno de los hitos más icónicos de Barcelona, y sorprendentemente, nada tiene que ver con Gaudí. Con 470 pies de altura, es imposible no notarlo.
Desde su inauguración en 2005, este coloso que también es hogar de la sede barcelonesa de Meta, no ofrecía mucho más que una espectacular foto para los turistas. Sin embargo, en 2022, todo cambió. El piso 30 se abrió al público, convirtiéndose en un mirador panorámico que regala vistas ininterrumpidas de cada rincón de la ciudad.
Ahora, agárrate: ¿Qué dirías si te contamos sobre una estructura de escalada suspendida por 3.7 millas de cable tenso? No es una broma. Imagina minúsculas plataformas, algunas de ellas transparentes, por las que debes trepar sin ningún tipo de protección. Mientras algunas te invitan a descansar y disfrutar del horizonte, otras te harán sudar y deslizarte mientras buscas la mejor ruta. En serio, ¡es todo un desafío!
Catedral de Barcelona
Si bien no posee la peculiaridad ni el frenesí mediático de La Sagrada Família, la Catedral de Barcelona tiene su propio encanto imponente. Imagina un majestuoso templo gótico erigiéndose entre angostas calles y pequeñas tiendas, un refugio histórico en medio del bullicio citadino.
Este lugar, hace unos 2,000 años, albergaba un templo romano, en la época en que Barcelona era conocida como Bàrcino. Y sí, aún puedes encontrar vestigios de las antiguas murallas romanas y acueductos en sus cercanías.
Hoy en día, se la conoce oficialmente como la Catedral de la Santa Cruz y Santa Eulalia, en honor a Eulalia, una joven barcelonesa que desafió al emperador romano Diocleciano por su fe cristiana.
Más allá de las creencias individuales, es innegable la belleza y el ambiente místico que la envuelve. Y si eres un apasionado de la arquitectura, el interior te dejará sin aliento. No olvides subir al mirador: una breve ascensión en ascensor te regalará vistas panorámicas de la ciudad.
La Boqueria
Con raíces que datan de 1217, La Boqueria no solo es posiblemente el mercado más antiguo de Barcelona, sino también un vibrante espectáculo para los sentidos. Lo que comenzó como un modesto conjunto de puestos de carne en La Rambla, hoy resplandece con más de 200 stands que cantan al unísono en un concierto gastronómico. Escucharás los gritos de los comerciantes, el tintineo de las copas y entusiastas «¡holaaaa!» saludando a los visitantes.
Pero lo que realmente te cautivará es el aroma. Ese olor inconfundible a pescado fresco, frito al instante, con un toque salino que recuerda a la brisa del mar. Es ese aroma que despierta el apetito, provoca sonrisas (y quizás una mirada preocupada de tu médico) y solo puede ser complementado con una refrescante copa de cava.
No te olvides de probar un batido de frutas en los vibrantes puestos que te reciben al entrar. Y un consejo: cuanto más te adentres en el mercado, mejores ofertas encontrarás.
La Rambla
La Rambla, ese icónico bulevar peatonal de casi un kilómetro que va desde Plaça Cataluyna hasta Port Vell, sigue siendo la ruta preferida de los visitantes en Barcelona. Más que una simple calle, es una experiencia: el aroma de las flores frescas, el sabor dulce de la crema catalana que se derrite en tu boca y el suave murmullo de las risas de quienes la recorren.
Ahora, te preguntarás: ¿Es «La Rambla» o «Las Ramblas»? ¡Buena observación! Históricamente, se trataba de cinco mini-ramblas: Rambla de Canaletes, Estudis, Sant Josep, Caputxins y Santa Mònica. Con el tiempo, estas se unieron en lo que hoy conocemos como «La Rambla». Y aunque sí, puede que tengas que estar un poco alerta de los carteristas, la esencia y magia de este lugar hacen que los 78 millones de visitantes no puedan resistirse.
Fundació Joan Miró
Adentrarte en la Fundació Joan Miró es sumergirte en el universo de un artista que rompió moldes. Miró, con obras tan variadas como un lienzo blanco con una sola línea negra hasta vibrantes esculturas que parecen salidas de un mundo fantástico, necesitaba un espacio que hiciera justicia a su genio. Y, ¿quién mejor para diseñar tal espacio que él mismo?
Junto a su amigo y arquitecto, Josep Lluís Sert, crearon un edificio que, aunque moderno y minimalista para lo que suele verse en Barcelona, captura la esencia del artista. Aquí, no encontrarás la majestuosidad de La Sagrada Família, pero sí la pasión y visión de Miró. Y lo más emocionante: estás viendo su obra tal y como él deseaba presentarla.
Más que un museo, es una celebración de arte vibrante y lleno de vida, sin esa pretensión que a veces rodea al mundo del arte.
Els Encants
Els Encants, más que un simple mercado de pulgas, es un espectáculo visual con un techo deslumbrante. Imagina un techo que se eleva más de 80 pies, construido de zinc y aluminio ondulante, espejeado en tonos plateados y dorados, diseñado para reflejar el torbellino caleidoscópico de puestos debajo. Este bazar único en su tipo ha sido parte de Barcelona desde aproximadamente 1300, funcionando como un nómada: mercancías desplegadas en calles y plazas en constante cambio por toda la ciudad. Pero en 2013, el panorama cambió cuando la deslumbrante nueva sede de Els Encants se inauguró en Poblenou.
Gracias a la magia arquitectónica de b720 Fermín Vázquez (quien ahora está modernizando el icónico estadio Camp Nou), este mercado se convierte en un deleite visual rodeado de joyas arquitectónicas. Por un lado, está la reluciente Torre Glòries y el Disseny Hub, el museo de diseño. Gira 90 grados y encontrarás a La Sagrada Familia saludando con un afectuoso «hola» en el fondo.
Casa Batlló
Es fácil entender por qué se ha comparado la Casa Batlló con los Nenúfares de Claude Monet. Cubierta de fragmentos de vidrio tintado, en ocasiones luce azul, luego verde y, finalmente, destella como la superficie vidriosa de un lago. Tras quedar maravillado con el trabajo de Gaudí en el Parque Güell, el industrial textil Josep Batlló le encargó diseñar esta casa única.
Inspirada en la naturaleza, la Casa Batlló carece de líneas rectas (pues según Gaudí, no existen en la naturaleza). Posee pilares de piedra que se retuercen como huesos de animales y una escalera alta color azul océano que evoca al mundo de Jules Verne. El resultado es a la vez majestuoso y acogedor.
Palau de la Música Catalana
El Palau de la Música Catalana no es solo un lugar para tus oídos, sino también un festín para tus ojos. Imagina un auditorio que destila un caleidoscopio de rosas, candelabros y vitrales deslumbrantes. Es la magnífica obra del arquitecto modernista Lluís Domènech i Montaner, y hay quienes argumentan que supera en belleza incluso a la famosa La Sagrada Família de Gaudí.
Originalmente construido para albergar al coro sinfónico Orfeó Català, en la actualidad se presentan actos musicales que abarcan desde lo coral hasta pianistas, pasando por jazz, flamenco y óperas emblemáticas como La Traviata y Carmen.
La Barceloneta
La Barceloneta se presenta como el alma fiestera de las playas: vibrante, popular y llena de energía. ¿Su principal atracción? Una franja de arena que presume sin modestia. En un extremo, se alza la silueta metálica y velera del W Hotel y, en el otro, la deslumbrante escultura dorada de un pez diseñada por el arquitecto Frank Gehry. Al pisar Barceloneta, sientes su espíritu único.
Montjuïc
Montjuïc es como un cofre del tesoro esperando ser descubierto. Esta histórica colina guarda en su seno muchos más secretos que ‘simplemente ser una colina'. Comienza tu aventura desde la base: aunque la rotonda de la Plaça España pueda parecer corriente, de repente te encuentras ante una escalinata arquitectónica impresionante que conduce al Museu Nacional d’Art de Catalunya. Con apariencia palaciega, su fuente frontal es tan mágica que incluso se le conoce como la «Fuente Mágica». Y no olvides los espectáculos de agua y luz en ciertas noches (revisa el calendario en Curiosidades.com).
Y esto es solo el comienzo de Montjuïc: te espera el recinto de los Juegos Olímpicos de 1992, jardines exóticos y panorámicas tan impresionantes que desearás tener espacio infinito en tu cámara. ¡Un viaje visual y cultural que no puedes perderte!
Palo Market Fest
¿Buscas el lugar más fresco en la ciudad? Imagina una fábrica abandonada en la zona más prometedora de la ciudad, llena de vegetación que rivalizaría con el mejor jardín botánico. Bienvenido al Palo Market Fest.
No solo es un espacio conceptual, sino que es el epítome de lo chic. En la escala de lo cool, el Palo Market Fest es un cóctel Old Fashioned servido helado. Pero no te confundas; su ambiente desprende el calor acogedor de una reunión entre amigos. Música en vivo que te invita a mover la cabeza al ritmo, bares pop-up con la mejor cerveza y food trucks con comida para chuparse los dedos hacen que todos estén de maravillosos ánimos.
La Sagrada Família
Viajar a Barcelona y no visitar La Sagrada Família es casi un pecado. Este impresionante templo de Gaudí, dedicado a la Sagrada Familia, es conocido como la iglesia inacabada más grande del mundo. Su fecha de finalización es un enigma. Algunos locales teorizan que quizás nunca se termine, manteniendo así su encanto en constante evolución.
Antes de ir, asegúrate de reservar tu entrada (disponibles hasta con tres meses de anticipación) para admirar sus majestuosas bóvedas y los vitrales que juegan con los colores del arcoíris. Y si quieres elevar tu experiencia, Curiosidades recomienda optar por la audioguía y ascender a una de sus torres; la Fachada de la Natividad es nuestra preferida.
Mercat de Sant Antoni
Imagina La Boqueria antes de su fama, cuando predominaban las voces locales y las ofertas diarias se anotaban con rotuladores en pedazos de papel. Eso es el Mercat de Sant Antoni hoy. Un mercado de comida y ropa que los barceloneses adoran e integran en su rutina diaria. Hablar de él a una audiencia internacional se siente como desvelar un secreto.
Así que, cuando vengas, trae un profundo respeto por su autenticidad y ganas de practicar tu español, además de un buen apetito. Sí, necesitarás ese hambre. Busca ese momento perfecto en el que salivas al ver montones de aceitunas apiladas como castillos de arena, pero aún tienes suficiente autocontrol para no acabar con tu apetito en el primer puesto de embutidos.
Inaugurado en 1882, el mercado cerró entre 2009 y 2018 para una renovación de €80 millones. Hoy, resplandece nuevamente, rebosante de vida, y las calles aledañas son peatonales para potenciar la experiencia comunitaria. Y si tu presupuesto es ajustado, el puesto Ous de Calaf eleva la presentación con huevos en paja rodeados de ornamentales gallinas. Además, los vinos regionales son sorprendentemente asequibles.
Museo Picasso
En el corazón de Barcelona, cinco palacios se unen para albergar el legado de uno de los genios del arte: Picasso. Desde que llegó a la ciudad con tan solo 14 años, Barcelona dejó una marca indeleble en su vida y arte.
Al entrar, te recibe un patio bañado de historia con arcos góticos que conducen a luminosos estudios donde sus obras cobran vida. Subiendo, los espacios se tornan más opulentos, con techos majestuosamente pintados y lámparas de cristal que parecen llover del cielo.
Si bien es cierto que la gente acude aquí para sumergirse en el mundo de Picasso, el encanto único del lugar los hace regresar una y otra vez. Si esperas ver sus obras más icónicas, como Guernica o La Mujer Llorando, te llevarás una sorpresa inicial. Pero lo que el Museo Picasso de Barcelona te ofrece es la esencia pura de su trayectoria. Presenta, en orden cronológico, cada pincelada (de las 4,251 obras) que lo llevó desde un pintor clásico hasta convertirse en el pionero del cubismo, revelando sorpresas como su incursión en la cerámica.
Moco Museum Barcelona
¡Prepárate para una explosión de creatividad! En Moco Museum Barcelona, la monotonía no tiene cabida. Aunque ya hayas caminado kilómetros antes del mediodía, la colección brillante y provocadora de Moco te revitalizará al instante. Y sí, incluso si eres de los que suele bostezar al escuchar la palabra “museo”.
Hermana menor del célebre Moco Museum de Ámsterdam, su nombre es un elegante juego de palabras entre «moderno» y «contemporáneo», brindando una pista sobre la esencia de su colección. Y, como dice el cliché, aquí realmente debes “esperar lo inesperado”. Una sala dedicada a Banksy, obras sorprendentes de Damien Hirst y Salvador Dalí, citas satíricas que provocan risas y reflexiones, la presencia inconfundible de Andy Warhol, fotografías de David LaChapelle y una gran dosis de KAWS, famoso por su patio de Pitufos. Además, te toparás con talentos emergentes como las pinturas al óleo fascinantemente macabras del chileno Guillermo Lorca, que oscilan entre el cuento de hadas y el relato de terror.
Un consejo: las entradas para horarios antes de las 11:00 am y después de las 6:00 pm son más económicas.
Sant Pau Recinto Modernista
¡Bienvenidos a una joya arquitectónica! Diseñado por el icónico Lluís Domènech i Montaner, mente maestra detrás del Palau de la Música Catalana, el Sant Pau Recinto Modernista es un deslumbrante ejemplo del Modernismo Catalán. Con cúpulas extravagantes, ventanas de vitrales y pilares majestuosos, se diseñó pensando en un espacio donde las personas disfrutaran de su recuperación.
Más que un simple edificio, Montaner visualizó una ciudad jardín para curar el espíritu y el cuerpo, alejándose de los espacios clínicos convencionales. Cada rincón fue concebido con un propósito, como la orientación de los edificios para aprovechar al máximo la luz del sol.
Y, como todo gran arte, se transforma con el tiempo. Tras el traslado del hospital en 2009, el recinto experimentó su propia metamorfosis, convirtiéndose en un museo y espacio para las artes. Hoy, se viste de moda al ser el escenario principal de la Semana de la Moda de Barcelona.
Parc de la Ciutadella
En pleno corazón de Barcelona, el Parc de la Ciutadella emerge como un pulmón verde, repleto de maravillas y secretos por descubrir. No es simplemente un parque: aquí encontrarás desde un zoológico hasta el parlamento regional, además de infinitos rincones perfectos para un merecido descanso.
El destello dorado de la Cascada Monumental, con trazos de un joven Gaudí, te sorprenderá y relajará a la vez. A su lado, un tranquilo lago te invita a un paseo en barca, envuelto en un aura de paz. Al adentrarte desde el majestuoso Arc de Triomf, te toparás con el imponente Castell dels Tres Dragons, obra del legendario Lluís Domènech i Montaner. Aunque actualmente se encuentra cerrado para renovación, este castillo albergó en tiempos pasados el museo de zoología.
Pero las sorpresas no terminan ahí. Frente a ti, las estructuras de hierro forjado del Umbracle y Hivernacle se presentan como guardianes misteriosos de palmas y jardines de invierno.
Visita el Parc de la Ciutadella para vivir una experiencia auténticamente barcelonesa.
El Pabellón de Barcelona de Ludwig Mies van der Rohe
El Pabellón de Barcelona no es simplemente una estructura: es una obra maestra de la arquitectura modernista, concebida por los arquitectos alemanes Ludwig Mies van der Rohe y Lilly Reich para la Exposición Internacional de 1929. Una vez concluida la exposición, este icono arquitectónico fue desmantelado y regresado a Alemania. Fue décadas después cuando la comunidad arquitectónica, en un momento de iluminación retrospectiva, comprendió la importancia fundamental de esta pieza en la historia de la arquitectura moderna.
En 1980, el Ayuntamiento de Barcelona, reconociendo su valor, reunió a un equipo de arquitectos catalanes para realizar una reconstrucción meticulosa basada en fotografías y dibujos rescatados. Y aunque muchos visitantes a menudo comentan que el Pabellón es más pequeño de lo que imaginaban, su presencia delicada y atmosférica es perfecta para recargar energías antes de explorar otras joyas artísticas de Montjuïc, como el Museu Nacional d'Art de Catalunya (MNAC) y la Fundació Joan Miró.
Camp Nou
El espíritu del club de fútbol FC Barcelona resuena en cada rincón de la ciudad, pero es en el Camp Nou donde su latido es más fuerte. Con una capacidad de 99,354 espectadores, se corona como el estadio más grande de Europa. ¡Y atención! Hay un plan en marcha para ampliarlo hasta los 105,000 aficionados. Cada asiento es propiedad de los abonados, pero si no pueden asistir, liberan sus entradas al público. Así que, ¡tranquilo! Suelen haber bastantes disponibles, en especial cuando se enfrentan a equipos de ligas inferiores, y entre 72 a 48 horas previas al partido.
Los encuentros en casa de Barcelona en La Liga se desarrollan desde mediados de agosto hasta finales de mayo. Además, no te pierdas las visitas guiadas al estadio y al museo del FC Barcelona (desde €26). Podrás admirar los trofeos de Messi, el túnel de los jugadores y el banquillo del primer equipo.
Casa Vicens
Construida en la década de 1880 como una casa de verano para el corredor de bolsa Manel Vicens, Casa Vicens no fue solo cualquier diseño: fue la primera casa que Gaudí ideó. Olvida al Gaudí famoso por La Sagrada Família; aquí nos adentramos en su Periodo Orientalista. Imagina un palacio morisco fusionado con un cubo Rubik. Es simplemente alucinante.
Para los amantes de las baldosas y el diseño maximalista, este lugar es un festín visual: palmas orientales, muros rosados, azulejos adornados con flores y aves en pleno vuelo. Y como si eso fuera poco, una terraza de terracota, un par de cúpulas elaboradas y el emblemático trabajo en hierro de Gaudí te dejan boquiabierto. ¿Lo mejor? Contra todo pronóstico, todo se armoniza a la perfección.
IDEAL Centre d’Arts Digitals
Si alguien te dijera que un centro de arte digital está floreciendo en Barcelona, lo más probable es que imagines el barrio de Poblenou. Piensa en él como el «East London» catalán: antiguas fábricas renacidas como incubadoras de start-ups, estudios de arte y museos emblemáticos como el Museu Can Framis.
Desde fuera, IDEAL puede parecer una sala de cine clásica, y en realidad lo fue, ¡durante 67 años! Tras pasar por sus épocas de set de película y de silencio absoluto, 2019 marcó su renacimiento espectacular. Ahora, se enorgullece de ser la primera instalación del sur de Europa dedicada exclusivamente a la producción y exhibición de proyectos de arte digital, desde holografía hasta realidad virtual.
Olvida ser un simple espectador. En IDEAL, no observas una imagen; te sumerges de lleno en ella. ¿Quién necesita palomitas cuando cada momento es fascinante?
Nau Bostik
Si buscas salir de lo común en Barcelona, alejarte de los museos populares y adentrarte en rincones menos explorados, Nau Bostik te está llamando. Olvida las atracciones turísticas masificadas y sumérgete en un viaje artístico alternativo.
Toma el metro hasta La Sagrera, camina unos 10 minutos por un barrio residencial (donde tal vez te sientas aventuradamente perdido) y déjate guiar por el vibrante mural a rayas en el lateral de una antigua fábrica. Este audaz trabajo del artista callejero argentino Elian Chali, encapsula la esencia y el espíritu revolucionario de Nau Bostik. Un rincón de curiosidades que te espera en cada esquina.